miércoles, 23 de febrero de 2011

30 Aniversario de un Punto de Inflexion

Corría el año 1981, tenía escasamente 17 años y España, en medio de un débil democracia, estaba pasando una profunda crisis política y económica. Llego a casa algo tarde y mis padres estaban muy nerviosos. ¿donde estuviste? ¿cómo llegas tan tarde? Menos mal que ya estás en casa!!!

Durante horas estuvimos pendientes de la televisión y de la radio. El Congreso secuestrado por una andanada militar. ¿volveríamos a un estadio anterior dentro de nuestra democracia recién nacida?.

En esos pocos años, y ya con cierta madurez, asistimos a unos cambios abismales hasta entonces no conocidos por nuestra generación. Vivir en una ciudad industrial significaba estar las calles, cada poco, tomadas por las fuerzas de represión del Estado, con carencia absoluta de libertades. Y de repente, tuvimos legalización política de partidos hasta la fecha demoníacos. Poder asistir a mitines políticos, donde estaban esperando aquellos señores de "gris" aún intimidándonos.

Los cambios eran vertiginosos, del "puedo prometer y prometo" a los Pactos de La Moncloa, una de las reformas más progresistas de la democracia española, incluso más que las de la II República. Desaparición de la censura. Podíamos ver películas como Acorazado Potemkin, Cuerno de Cabra, El Ultimo Tango en París... El destape.



La crisis económica y la libertad conseguida derivaron en actos de manifestación social, de huelga y de paro ascendente con inflación, que junto con atentados terroristas casi diarios provocaron la caída del artífice de una transición política, Adolfo Suarez, integrador del Unión de Centro Democrático.


El 23 de febrero de 1981, cuando se estaba deliberando para votar la investidura como Presidente del Gobierno a su sucesor, un personaje hasta ese momento desconocido por el 99% de los españoles irrumpió, como hiciera antaño el general Pavía, en el Congreso de los Diputados con pistola en mano. Antonio Tejero, no era el cabecilla, era la marioneta.

Todos los parlamentarios tumbados en el suelo, salvo tres, Santiago Carrillo del PCE, el presidente Suarez y el ministro de defensa, el general Gutierrez Mellado, que fue zarandeado varias veces para obligarle a tirarse en el suelo y no pudieron con él.





Tanques recorriendo Valencia, muchas regiones militares dudando, errores tácticos como no tomar todos los centros de comunicación,... Menos mal que la "Brunete" no salió. Impase, y al final deserción en desbandada de los guardias que tomaban el Congreso hasta que al final se resolvió bien.

Me acuerdo como si fuera hoy mismo. Fue como digo, un punto de inflexión dentro la historia de España, concretamente de la novel y débil democracia española. Al día siguiente salimos TODOS a manifestarnos por la democracia.

A partir de ese día la consolidación democrática fue una realidad. Los demonios con los que nos habían llenado la cabeza en las anteriores décadas ganaron las elecciones y formaron gobierno un año más tarde. Y no pasó nada.


SALud