Un frio invernal, casi glaciar, que no recordaba en mucho tiempo. Sus conscuencias ha sido la escasa semana rodadora que me he metido. He practicado más la lectura al amparo de un brasero que el pedaleo por la montaña leonesa.
Algo de pedales si que dí: ir al panadero de San Roman a comprar torta, pasear con mi hija, la menor, hasta Villoria (13km), ir a casa de mi cuñada (400 metros, si digo bien, metros),...
Pero además de todo ello, hice un tramito corto del Camino de Santiago. El martes 18 subí la burra al coche con la intención de hacer Cruz de Ferro-Trabadelo, que es una parte del track del Camino Francés que me faltaba tener OK.
Despues de hacer cábalas -que si dejo el coche en Foncebadón, Manjarín, El Acebo-, decidí llegar hasta Molinaseca, dejar el "buga" y subir a la Cruz de Ferro del revés por carretera. "Es mejor empezar subiendo, para luego bajar y llegar hasta Villafranca o incluso a Trabadelo".
Iluso de mi, viendo la pendiente, yendo en coche, estaba alucinando "ésto tengo que subirlo???". Pues si, raudo pero con ritmo constante comencé en la Ermita de Ntra. Sra. de las Angustias de Molinaseca (altitud 602m) y subí y subí hasta Riego de Ambrós (altitud 920m.), un descansito de segundos para hacer fotos, y continué hasta El Acebo (1150m.), descansando para hacer unas fotos al monumento del peregrino ciclista fallecido (él aun no sabía que era un auténtico bicigrino, ¿o si?).
Despues de El Acebo, la pendiente se pronunciaba más, hay que subir en 4 km, desde los 1150m. hasta los 1518m., del pico Cerezales. Despues ya sería un baja-sube hasta la Cruz de Ferro (1508m.). El tramo desde El Acebo hasta Cerezales se me atragantó, teniendo que bajar de la bike dos veces.
Una vez en la Cruz (20km.), descanso merecido y fruta reparadora, reparadora????, la naranja sumada al destemple que tenía por el intenso frio y la sudada, me bajó a plomo en el estómago.
Aparecieron una pareja de peregrinos, ella de Bilbao y él de Múnich. Charleta con ella, él no dijo ni "papa", cuestión del idioma, creo. Despedida y puesta a cero del GPS para grabar el track por Camino.
Hasta Manjarín, donde Tomás el Último Templario, se va por un camino-senda al lado de la carretera por el margen derecho. Aquí se sigue un tramito por carretera, y se toma una senda pedregosa por el margen izquierdo.
Se cruza varias veces la carretera hasta llegar a una colosal bajada a las puertas de El Acebo, las vistas son increibles. Los brazos y los frenos sufren.
Se atraviesa El Acebo por el medio del pueblo, espectacular villa. El camino prosigue por carretera 2 km. hasta el kilómetro 11,5, que nos volvemos a desviar por una senda que nos conduce directamente a Riego de Ambrós. Pueblo de montaña increíble. Ya sólo me queda 4 km. hasta Molinaseca y el estómago revuelto parece que hizo 80 km.Toca bajar de la bike, para salvar mi integridad y unas rocas pizarreras, que tal como eran y mi estado, seguro que tendría caida fija.
Seguí descendiendo, y llegué al coche con náuseas. Estaba hecho un asquito, destemplado, y no se cuantas cosas más. Descansé, monte la burra en el coche y volví a casa. Total sobre 17 km. de bajada.
Empecé en Molinaseca a las 10:00, llegué a la Cruz en 2 horas y media. Empecé a bajar a las 12:54, despues de descansar, y llegué al coche a las 14:33
Y aun quería llegar a Villafranca e incluso a Trabadelo. Ay, iluso de mi... Otra vez se hará el tramo Molinaseca-Trabadelo, pero en verano será.
Decir además que me crucé con varios peregrinos y bicigrinos, saludos pertinentes, pero no tenía mucho ánimo de charla, con la salvedad de la pareja en la Cruz.
Mañana contaré mi segunda y última salida bicicletera por tierras leonesas.
Hasta luego. Ignacio, ya desde Ourense.
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