Este tipo de pruebas consisten en seguir un trazado que no está marcado y para recorrerlo facilita por la organización un libro de ruta o roadbook donde está gráficamente especificado cada cruce o hito de referencia con los datos necesarios que permiten seguir el trazado.
El roadbook está representado mediante hitos todo el trazado en el orden correcto de la marcha. Estos hitos se presentan mediante unos casilleros numerados correlativamente y que contienen la información vital para realizar la marcha. Tales casilleros contienen un gráfico descriptivo del hito, la distancia acumulada hasta el hito, la parcial hasta el siguiente hito y unas observaciones que puedan ser de interés; incluso en algunos casos pueden llevar también las coordenadas GPS y/o la dirección de la marcha.
Este roadbook se suele entregar al principio de la prueba y la participación por lo general se realiza por equipos. En nuestro caso equipos formados por dos personas, donde cada equipo elabora su estrategia para optimizar el seguimiento de la ruta.
La organización para asegurar el cumplimiento del trazado impone una serie de controles de paso a los participantes, controles que algunos están previstos en el roadbook y otros son aleatorios sin saber donde de realizarán. Entre control y control, el participante puede tomar alguna alternativa al trazado oficial ahorrándose algunos centenares de metros pero a costa de perderse o no poder retomar la traza y en el peor de los casos saltarse un punto de control.
El valor fundamental de estas pruebas está en la capacidad del participante para interpretar y seguir de forma correcta el libro de ruta y no tanto en su fortaleza física. Por muy fuerte que esté uno, si se pierde repetidas veces por no controlar bien el roadbook el fracaso estará asegurado.
Consejos básicos
- Analizar, si se puede, el libro de ruta para familiarizarnos con él.
- Suele tener más importancia la distancia parcial que la total
- En caso de pérdida, volver sobre nuestros pasos retornando al hito anterior o al punto, ya identificable, del hito en curso.
- Cuando se forman grupos, no dejarse llevar por el grupo. Hay que seguir concentrado en el libro de ruta evitando errores del que lo encabeza.
Experiencia:
Tenía algo de resquemor ante la prueba, hace 10 años, sin GPS ni nada, simplemente con un roadbook me lancé a realizar una ruta en solitario y mi recuerdo fue avanzar muy despacio con muchas dudas sobre el camino correcto a seguir y tener que volver sobre mis pasos para recuperar la traza. Primero que no tenía soporte para sujetar los papeles y, segundo, el roadbook era muy rudimentario y bastante antiguo por lo que su fidelidad dejaba mucho que desear. Igualmente años atrás estuve rodando por la GR56 con la única ayuda de unos mapas muy rudimentarios con apenas reseñas importantes cuyo recuerdo de dar vueltas buscando la trazada me aflora ahora.
La salida de ayer se hacía por equipos cada 15 segundos y nosotros lo hicimos en cuarto lugar. Los participantes en las marchas siempre salen con muchas ganas, así que nos iban adelantando todos. Al conocer el terreno y haber analizado durante los cinco minutos previos la primera hoja, decidimos atajar unos 300 metros en el puente Romano y en la rotonda del pabellón de deportes. Los "pros" que nos habían pasado se extrañaron que volviésemos a estar delante.
Seguimos mientras los competidores avanzaban como si fuese una prueba puntuable para el campeonato mundial y yo pensando... "Joer!! No vamos a dar la talla". Julio y yo a nuestro ritmín y controlando en todo momento el roadbook. Tuvimos un primer desliz al no controlar un hito que nos desvió del trazado casi 400 metros más los correspondientes de regreso.
La peña seguía pasándonos salvo en las ascensiones duras y los descensos técnicos donde quitábamos ventaja a los que estaban cerca nuestro. En el hito del primer control, entre las fotos y la charla no tuvimos en cuenta el siguiente hito teniendo que retornar al punto anterior. En el avituallamiento estuvimos más tiempo que la media, no se puede comer muy rápido que nos podemos indigestar.
Al continuar casi fuimos solos un buen cacho, luego nos pasó un pequeño grupo, nos juntamos con otros y en un descenso por un sendero técnico nos descolgamos de nuestros acompañantes. Nuevo sendero y a falta de 10 km nos encontramos con dos que estaban detenidos y que luego se pusieron a rueda todo el rato.
En el paseo de las Ninfas nos pasaron cuatro participantes "a fume de carozo", con exceso de velocidad para lo concurrido de caminantes que estaba el paseo, así al pasar nosotros algunos nos increparon enfadados.
Al llegar, pensando que habíamos quedado en un modesto lugar, la organización nos informó que acabamos en quinto puesto. Sorprendidos gratamente, al regresar a casa vimos llegar a muchos de los que nos adelantaron y se fueron perdiendo de la traza. Así la capacidad de manejar el roadbook es más importante que la fortaleza física, aunque mejor es estar en buena forma por si los que interpretan igual de bien el libro de ruta son más fuertes que uno.
SALud
Fotos extraida del Facebook de la organización (excepto la segunda y tercera)
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