Etapa Vivar - Santo Domingo de Silos

Primero matizar que ayer me acercó a Vivar mi querida Sagrario, conyuge de este que escribe y pedalea.

Segundo agradecerle nuevamente su apoyo en este tipo de aventuras. También a mis dos hijas que tienen que aguantar que no esté con ellas en estas ausencias, aunque pienso a menudo en ellas.

Ahora vamos con la jornada de hoy: para ser la primera etapa han sido bastante curiosa y rara; es más, de los 74 km previstos inicialmente, me han salido 86 y el ascenso acumulado ha resultado 2.249 metros. No quiero pensar en la etapa de Orihuela del Tremedal con ascenso acumulado previsto de 2052 metros en cuanto quedará. UFFFFF!!!!!!!


Después de una mala noche, casi sin dormir, y no fue por la lengua estofada de ayer, sino por el calor de la habitación y sobre todo los nervios, salgo a las 8:20 y aún paro para hacer unas fotos de día. La iglesia, la estatua del Cid,...


Continuo tomando la senda, pero enseguida tengo que parar a reparar las alforjas (apretar unos tornillos). Cosa fácil. El aire frío del norte corta, cuando pase por Teruel, quedaré como un chorizo de seco. Al poco me encuentro con las obras de la autovía y pierdo tiempo por varias vueltas que tengo que dar y kilómetros.








Entro en Burgos y también me detengo tiempo en esta capital: subo al castillo, una pequeña tachuela, como diría mi amigo Ricardo; visita a Santa Gadea, a la catedral, la puerta de Santa María y pasar por el puente con las 8 estatuas de Lucarini sobre los amigos del Cid.




























Prosigo en subida a San Pedro de Cardeña, visita al corredor de manera furtiva mientras espero a que llegue el hermano para el sello del salvoconducto. Precioso y sobrio monasterio, pero no hay tiempo para visitarlo por dentro, me conformo con los exteriores.
























Sigo y llego a Modubar del Campo, fotos de la iglesia y punto. En los Ausines, donde no hay bocatas, mando un sms a la familia para dar la localización.


Antes de llegar a Cubillo del Campo, el trazado rodea una gran propiedad privada con garitas de vigilancia y todo. Dentro está la Abadia de Santo Quirce. El tramo es muy asequible y comienzan a aparecer jaras secas con su inconfundible aroma. Llego a Cubillo del Campo sobre las dos y media y me quedo a yantar en Bar Plaza, buen menú y muy amable su gerente. Sello aunque no sea oficial.












Buena idea comer en este pueblo, ya que la primera petada seria, aunque no muy larga pero sí intensa, viene después del pueblo. Además de comer, una siesta o duerme-vela en un banco de la plaza del pueblo. Los rapaces revolotean con sus bicis dejándose ver y mirar al pollo ese con alforjas.

Leo un sms de mi hija Lucía: sí hija, sí; son paisajes bonitos: los girasoles cerca de Burgos, el aroma a jara, los extensos campos de trigales ya cortados... Casi me emociono, o sí...

De hecho, bajando y pensando en ellas, me dejo descender la bike a su aire con velocidad, hasta que me doy cuenta que voy por un tramo arenoso; casi me la pego, se va ligeramente de la rueda delantera. Que susto.




Llego a Mecerreyes y me detengo poco, sólo a tomar unas fotos. A la salida una estatua de Cid. Prosigo hacia Covarruvias, y una vez allí, me resulta impresionate, precioso, fotos por doquier. Hasta vi la estatua de la princesa Kristina, que me había comentado Luis, mi compañero de curro. El monasterio, cerrado, mala suerte.














Voy a la Oficina de Información y Turismo y... SORPRESA!!! al salir otra bicicleta preparada para cicloturismo con alforjas Ortlieb y todo. Espero a que llegue el dueño y resulta ser un alemán haciendo el Camino Francés, que se ha desviado "un poco" haciendo turismo. Bueno..., de momento aun sigo sin ver ningún caballero bicicletero siguiendo al Cid.



















Estando dispuesto a seguir, justo en el puente sobre el Arlanza, me llama Miguel Angel -Atleta, para interesarse. Le comento que es más fácil de lo que creí y que voy a hacer noche en el Convento de Silos. No contento, me vuelve a llamar después en plena subida, e insiste en reservar en el Hostal Santo Domingo de Silos. Como si ya supiese o intuyese que llegaría muy tarde.


Accedi y, efectivamente, este tramo se me atragantó, sube,sube,sube,baja sube,sube,sube,baja, ... Y así sucesivamente. Me estaba rompiendo el tarro y fisicamente. Desde hacía casi un mes no me daba tanta caña dando pedales y eso el cuerpo lo nota y se resiente. Sin embargo seguí y pasé por Retuerta, con arquitectura popular de adobe.























Llego a Silos casi de noche, agotado, y compruebo que el alojamiento es perfecto para descansar despues de lo que estoy haciendo. Trato exquisito y muy cercano. Buena cena acompañado por agua y pedí además un Ribera del bueno, al que fuí invitado por la amable mesonera. Gracias.



Saludos y hasta mañana