viernes, 22 de julio de 2011

Cagnotte - Irun

Ya teníamos decido que marcharíamos por el mismo camino hasta Peyrehorade y una vez allí nos desviariamos hacia el oeste hacia Bayonne.





La salida, inicialmente por carretera, ya se nota que estamos en el Pre-Pirineo, con unos buenos rampones. la traza se vuelve senda igualmente donde tenemos que esforzarnos de lo lindo. Hacía tiempo que no ponía el molinillo. El platin pequeño casi lo tenía oxidado de no usarlo, jejeje.




En este primer tramo la señalización lleva hacia Sorde dando un rodeo de 10 kms mas, por lo que queríamos estar atentos para atajar, pero aún así nos cogió el toro y tuvimos que improvisar con los GPS. Fuimos a dar a la carretera general que va a Burdeos y con tal densidad de tráfico que algún susto creo que pasé. O por lo menos, casi se me quedan las orejas de soplillo con el paso de 3 camiones seguidos y muy cerca.



En Peyrehorade cruzamos el río y fuimos todo el rato hasta Bayona por una agradable carretera por la ribera del Adour. Antes de Bayona hicimos escala para tomar un café en Urt, cuyo pueblo, por desgracia está más arriba. Sellos y al comprobar las distancias de Bayona a Irun, sobre un mapa, nos dimos cuenta de la cantidad de kilómetros que aún faltaban.



A fuerte ritmo llegamos a Bayonne por una entrada magnífica. Nos dirigimos a Turismo a sellar, pero no pudimos. Y la catedral cerrada. nos fuimos a comer un poco e hicimos tiempo para que abrirse la catedral para el tampon y preguntar por el Camino de Baztan, ya que en Turismo nos remitieron a la Asociación de Amigos del Camino, ubicados en la catedral.



Puente Internacional








No tenía mucho sentido que yo esperarse por esa información, así que nos dirigimos a las puertas de la catedral y allí mismo nos despedimos. A él le quedaba un duro camino por la comarca de Baztan, en la que, según los mapas del GPS, se veía muchas veces las curvas de nivel muy próximas.






El camino oficial que yo seguí tampoco fue fácil, con ganas de llegar a Irun de una vez, force un poco el ritmo y los rampones me hicieron avanzar despacio. Subida, bajada, subida, bajada, y así todo el rato. El trazado me acerca al mar y me aleja nuevamente.






Paso por St Jean de Luz, ya queda poco, o eso parece (el GPS indica que 12 kms para el destino) y sin embargo en Turismo, al preguntar, dicen que 20 o 30 kms. "¿cómo?", "bueno, 25 kms" responden sin interés y sin tener ni idea. Igualmente me niegan el acceso a su red Wifi, alegando que no tienen, cuando mi teléfono la detecta.







El trazado se vuelve a alejar de la costa y me lleva por la carretera general hacia el castillo de Urrugne. Al final después de dar unas vueltas con unos subidones espectaculares y que en el último ya desistí, por ser tontada, llego a Hendaya, cruzó el Puente de Santiago y justo se me acaba la batería del GPS, como indicativo del final de esta travesía.










Después que mi hija se hubiese marchado en Poitier, la travesía había perdido su objetivo para mi, sí bien debía llegar a la frontera como había acordado con ella, sin plegar a lo fácil.


Doy por finalizada la travesía en Irun, sin intentar siquiera llegar a la Ribera del Orbigo y eso que no tenía fecha para regresar al trabajo. Mañana pasaría en coche por ella, ya de regreso a casa. También otro factor fue la llamada de mi amigo Ramón informandome que se casaba este sábado en un ambiente familiar pero contaba conmigo para una fiesta el domingo.

Después del puente de Irun, busque el aeropuerto para alquilar un coche para mi y la bici. Después fui a casa de unos familiares en Vitoria a cenar y dormir y continuar al día siguiente el viaje a casa, tras haber recogido la bici de mi hija guardada en casa de estos familiares.


Fotos de la llegada a casa en León:







SALud

jueves, 21 de julio de 2011

Labouheyre - Cagnotte

Como todos los días, salimos despues de desayunar en el albergue y la lluvia hizo leve presencia, como no!

La salida se hace por carretera secundaria y por pocos caminos de tierra rodamos hoy. Hasta llegar a Onesse, casi todo asfalto y después nos habían recomendando en Gradignan que no fuéramos por camino que era un auténtico arenal. Así lo hicimos siguiendo la misma carretera D140 hasta Lesperon, con algún que otro repecho después de los arroyos.




El trazado llega hasta Taller, también por carretera, salvo la parte final donde nos aventuramos por unos caminos. En Taller compramos en una tienda-bar y comimos allí mismo.






Desde Taller hasta Dax, pasando por Gourbera, la traza se desarrolla por caminos y carreterillas locales, incluso nos detuvimos a contemplar unos ciervos dentro de una parcela un buen rato.


















Una vez en Dax visité la catedral y sellamos en la oficina de Turismo. Dejamos esta villa termal con numerosos vestigios romanos, no sin antes comprar la cena del día.







A partir de aquí ya se nota que nos dirigimos a los Pirineos, hacia su paso natural por Ibañeta para acceder a Roncesvalles. Las ondulaciones del terreno se pronuncian con unas pendientes curiosas. La bici de Juan cruje por la torsion del cuadro producida por la potencia que imprime en cada pedalada cuando se pone de pie.

Ya en Cagnotte nos llevamos una magnífica sorpresa con su estupendo albergue, del cual recogimos las llaves en la tienda de alimentación de Mari Hellen, al lado del ayuntamiento, 50 metros a la derecha, justamente en la carretera por donde entramos.

Tomamos posesión y cenamos estupendamente acompañado, como no, por una botella de Burdeos. dormimos como lirones.




SALud

miércoles, 20 de julio de 2011

Burdeos - Labouheyre

Desayunamos deficientemente en el seminario y partimos con la idea de seguir hacia la costa a Biganos o incluso más al sur.



Desde el dormitorio del Seminario

La salida de Burdeos no es complicada, casi todo por carril bici. Al llegar a Gradignan nos detuvimos en su magnífico albergue y su hospitalero, muy amablemente, nos dio todo tipo de explicaciones sobre el trazado que nos íbamos a encontrar en cada parte de la ruta y si estaba balizado o no. Además nos desaconsejo de ir por la costa, por la cantidad de "guiris" e incluso recomendó seguir por el camino de Baztan.









Después de tres cuartos de hora y darle las gracias por sacarnos de algunas dudas de por donde seguir, partimos nuevamente.




El camino nos lleva por asfalto inicialmente y luego se torna un caminin bien parecido. La señalizacion mejora respecto a días anteriores usando el GPS simplemente de confirmación de la traza o incluso, cuando había discrepancia entre la señalización y las indicaciones del camino, para comprobar si nos alejabamos mucho del track.

A partir de Le Barp el camino pasa por pinares con firme arenoso haciendo a veces inciclable la traza. Menos mal que el suelo está húmedo y nos dejó rodar algo.






La guía que lleva Mambru tiene un trazado directo entre Le Muret y Pissos, mientras que la señalización discurre hacia Moustey con bastantes más kilómetros de los deseados. nosotros seguimos la señalización, dejandonos imbuir por el espíritu caminero, y la verdad es que la vuelta es tan grande que igual no interesa seguir este tramos,  con la excepción de si se quiere visitar Moustey con sus dos iglesias, una de ellas con su curioso campanario y contemplar el mojon de 1.000 km hasta Santiago.







Después de Pissos, donde tomamos un bollo de mermelada para recuperar fuerzas, el trazado se realiza por un caminin igualmente arenoso en el que vi al amigo Mambru patinando de lado a lado; "NAVARROOOO!!! Deja de hacer el bobo" le gritaba desde atrás, riéndonos un cacho por no llorar. Pero la verdad es este tramo nos castigó mucho.








Llegamos a Labouheyre con más de 105 km y encima el hospitalero no nos dio alojamiento en su Gite privada dando primero una excusa y luego otra. Nos remitió al albergue municipal que también regentaba, sin cocina y hecho un asco.

La comida que compramos en Pissos para hacer en el alojamiento no la pudimos cocinar y recurrimos a fiambres, quesos y fruta, además de acabar con la botella de Burdeos que soportamos estoicamente dentro de las alforjas desde Pissos.







Sería conveniente avisar y denunciar este tipo de prácticas por parte de los hospitaleros, aunque la verdad es que lo pasamos bien tomando la melonina acompañada por el Bordeux.


SALud

martes, 19 de julio de 2011

Blaye - Burdeos

Nos levantamos temprano en St Martín de Laucassale, desayunar y nos dirigimos raudos a tomar el ferry en Blaye, cuya salida la tenía para las nueve en punto. Llegamos bien de tiempo y fuimos a tomar un café y volvimos a contemplar la fortaleza de Blaye.









El precio de ferry ascendió a 3,60 euros y 1,60 euros por persona y bici respectivamente. Embarcamos y la travesía duró sobre 30-45 minutos, mientras navegamos vimos las islas del estuario de La Gironde y las diferentes construcciones de los pescadores ya en la orilla opuesta con las artes de pesca tan peculiares de la zona.













Desembarcamos y en la oficina de turismo nos indicaron que la travesía hasta Burdeos era todo por carretera. Efectivamente al principio sí era por carretera, pero luego nos encontramos la señalización jacobea y la seguimos de forma que algo de caminos terreros hicimos.








El track que teníamos, muchas veces no coincidía con la señalización peregrina a Santiago, y la entrada a Burdeos no fue una excepción, ya que nos entramos con un matrimonio belga viajando en tandem que nos recomendaron otra entrada distinta del track. Entraba en la metrópoli gala por carril-bici en vez de la carretera. Es una maravilla viajar en tandem, las fuerzas de dos personas se suman y desarrollan una velocidad mayor con la misma frecuencia de pedaleo.

Burdeos ya es una ciudad grande, por lo que su entrada se hace desde bien atrás por edificios y construcciones y la entrada elegida es una auténtica maravilla, viendo toda la ciudad a orillas del río. Un buen acierto o recomendación.












Lo primero que hicimos fue comer y luego ir a alojarnos al seminario. Lugar algo tétrico y que no me extraña que los curas no quieran serlo. Una vez aposentados, fuimos a dar un "garbeo" por la city, que según Juan la conoce como la palma de su mano. Estuvimos en Saint Michel, y en las iglesias y otros monumentos.










En la calle Santa Catherine nos llovió y al estar el suelo mojado, el amigo Mambru resbalaba a cada paso con gran peligro de una caída. Nos reímos un rato, pero luego ya no tenía gracia. Entramos a un tienda de deportes y compró nuevo calzado. Problema solucionado.








Pasamos al lado de la casa de una amiga de Juan y curiosamente estaba en la puerta de su vivienda. La saludó, me presentó y nos pusimos a charlar, más bien ellos dos, porque como os he dicho, no controlo el francés. Ella confirmó el problema de la calle Santa Catherine con la lluvia.










Nos despedimos y nos fuimos a cenar algo a un restaurante recomendado por Mambru. Estaba lleno y algo hacinado pero una comida exquisita y lo curioso fue ver que seguía entrando gente para comer a horas muy tardías.








Una vez acabado, nos retiramos cansados de tanto caminar y dispuestos a iniciar la etapa del día siguiente.

Para no variar, la lluvia hizo presencia de forma intermitente durante todo el día, pero lo que más me molesta es llegar seco casi hasta el final de la etapa y que caiga una del "ocho" justo antes del fin de etapa, dejándonos completamente empapados.

Salud
Ignacio