Craso error, nos tomaron la palabra y en la siguiente ruta conjunta, Ruta del Magosto, nuestros amigos de Vigo, especialmente el boss, Jose, ya venian con las ideas más claras.
Y claro, después de ver las fotos de nuestra ruta por la Ribeira Sacra que hicimos 15 días más tarde, la liada estaba montada. Y tras meses de organización, decidir si ruta circular o lineal y de ir a recorrer personalmente con los amigos algunos posibles trazados nuevos, montamos la I Ruta Integral de los Cañones del Sil, conocida tambien como "El Anillo de Endurolai". Una ruta lineal desde Parada do Sil hasta Ourense. en realidad son dos rutas, una de 56 km. por un trazado agresivo y semiendurero por caminos, denominado Trazado A, y otro más liviano, con muchos tramos por carretera casi paralelo al trazado A y con enlaces para quien quisiera ir intercambiando trazados, denominado Trazado B.
El tema de la logística se encargaron los amigos Bicinenazas. Contrataron un autobus para llevarlos hasta Parada, así como recogernos a nosotros en Ourense.
Asimismo, se encargaron de un pequeño avituallamiento en Liñares y de buscar un restaurante para una merienda-cena de confraternización final. Del trazado y de por donde ir, fue un tema para los ourensanos.
07:50 Vigo-Plaza de España, los bicinenazas quedan para cargar sus bicis en el bus.
09:15 Ourense-Pabellón de los Remedios, el bus recoge al grupo de los Amigos do Garaxe
09:25 Ourense-Intercambiador de la Universidad, el bus termina de recoger al resto de los participantes, integrados por mi, Julio, Rubén, los full toxos, y algún bicinenaza.
10:30 Parada do Sil. Desmontar del bus, componer las bicis y recoger las nuestras depositadas en casa de un amigo, Manolo, el día anterior.
10:45 Inicio de la ruta desde la Plaza do Barquilleiro en Parada do Sil con una cota de altitud de 680 metros.
Iniciamos por la senda marcada hacia los Balcones de Madrid y a los 500 metros, en Fondo de Vila, la primera parada, falta la mayoría del grupo, ¿donde están? Pues fueron directamente por una pista ancha hacia los Balcones, perdiéndose un paraje lleno de castaños centenarios.
Cuando nos dimos cuenta del cambio de ruta inesperado, continuamos y nos agrupamos en los Balcones. El grupo ya empezaba a emocionarse con las vistas, sobre todo los que nunca habían estado en esta parte del Mundo.
Una vez aquí, tomamos la carretera hacia Castro, el nucleo más cerca del Mosteiro de Santa Cristina, una cucada que dejamos para otra ocasión. La pendiente de esta carreterilla se hace notar y el grupo se va estirando, y como vemos que la única amazona integrante del grupo A, Christine, se nos va quedando rezagada, Julio y yo nos quedamos esperandola para su tranquilidad.
Despues de empujar un poco o un mucho, según como se vea, la pendiente minoraba y ya pudimos subir a las burras, y un poco más allá nos agrupamos en el punto donde se enlaza con la carretera de Parada. Tan sólo 7,6 km. Continuamos por carretera subiendo hasta una cota de altitud de 855 metros (máxima del día). Allí estaba el mirador Metálico, parada con fotos de la espectacular vista. Salimos los últimos, porque no se que le pasó a Julio con su pulsómetro. Descenso rápido por carretera hasta el Mirador de Cabezoás. Cuando llegamos, ya no quedaba casi nadie y como ya lo conocía, ni me molesté en echar foto alguna, tengo miles desde este lugar de ocasiones anteriores. Estabamos en el km. 9,8.
Luego es bajar un poco más y ya estamos en Cimadevila y Vilouxe. Llevamos 11,5 km. En Vilouxe hay un desvío al Mirador de Albarellos que ni está indicado ni nadie se percató. Yo tampoco comenté nada por verse bastante cerrado el camino al mirador. Acto seguido un rápido descenso cementado con buena pendiente que minora en suave bajada con buenas vistas. En el km. 12,7 nos desviamos cincuenta metros para ver el Mirador das Escadas. Fotos y cambio de pastillas de frenos por parte de Julio (full toxo).
Continuamos en un sube-baja para desviarnos al Mirador de Pe do Home, 2,5 km. más allá del anterior mirador y una cota de altitud de 519 metros. Pe do Home es un promontorio mirando al nordeste sobre pleno Encoro de San Estevo, siendo uno de los parajes más bonitos de los Cañones del Sil. Todo el mundo quedó encantado. Miles de fotos se sacaron en este lugar y del catamarán que se veía marchar rio arriba. Por cierto el Sil se veía muy sucio y turbio de toda la tierra arrastrada por las incesantes lluvias de estos meses atrás y muchos de los bancales de enfrente, ya de la provincia de Lugo, casi verticales, donde tienen los viñedos, estaban destrozados. Aquí algunos aprovechamos tambien para avituallarnos para no desfallecer en la subida de despues del mirador.
Los siguientes 5 km. fue un constante sube-baja moviendonos entre las cotas de altitud 520-600 metros, un rompepiernas que iba minando nuestras fuerzas con zonas trialeras y picos de subidas fuertes, de empujing y descensos cortos muy pronunciados, todo ello alternando con innumerables incidencias de pinchazos, roturas de patillas de cambio,... El grupo estaba muy desperdigados en mini-grupos, ya por las incidencias tenidas, ya por la fortaleza de los más aguerridos.
Incorporados nuevamente a la carretera, bajamos por asfalto con fuerte descenso al Monasterio de San Estevo. Llegamos sin bajar hasta la entrada, quedandonos un pelín más arriba a una cota de altitud de 483 metros y 22,7 km. en nuestro haber. El monasterio está 15 metros de altitud más abajo. Yo iba algo derrotado por el excesivo calor, casi todo el rato estuvimos en torno a los 28ºC y ya eran las 14:20 horas. en esta pequeña parada, algunos empezaron a reponer fuerzas comiendo algún bocado. Julio, Oscar y yo decidimos seguir hasta Pombar para comer algo, justo despues de la intensa subida que hay despues del monasterio.
Les seguí pues, pero cada vez me iban sacando más ventaja, una buena subida de 2 km. con firme de gravilla que con este calor me iba matando poco a poco. Unas veces empujaba y otras encima de la bici. El sol azotaba. La cabeza recalentada. Bebía con ansiedad. Llegué arriba al punto donde teníamos que enlazar con la ruta circular que habíamos hecho unos meses atrás subiendo hacia los eólicos. Allí me estaban esperando los amigos con 22,5 km. en mi haber y a una cota de altitud de 735 metros. A partir de aquí, tendencia a bajar hasta encontrar la carretera de Luintra casi a la altura del campo de futbol.
Llegado a la carretera, la traza seguía a la izquierda para tomar un camino que rodeaba Luintra por la derecha, yendo por Biduedo, Monteverde y Baldomar. Como era el último en llegar y estaba alli Fer, le informe que no las tenía todas conmigo y que me iba por carretera atajando esa vuelta. Así pues, tomé dirección yo solo hacia Liñares, pasando por Luintra. Una vez aquí, en la plaza del afilador, analicé el trazado, para ir por carretera directamente hasta Liñares, pero al final decidí seguir la traza inicial que se había planteado en un principio, antes de las modificaciones planteadas, descartando así el asfalto (la cabra tira al monte). Si bien en Baldomar, a escasos 900 metros de Luintra se vuelve a enlazar con la traza de la ruta.
Una bajadilla y veo el pueblo y el autobus. Son las 15:55 horas. Paro con 34,3 km. encima y mucho calor, saludo a la peña, me hidrato mucho, empanada, descanso, fruta, más descanso y leche con colacao para reponer, mientras tanto hablo con diferentes integrantes de la ruta. Van llegando el resto, muy desperdigados por las incidencias mecánicas tenidas. Gracias a Anton, el artífice del avituallamiento, podemos continuar una hora más tarde, con fuerzas recuperadas. Algunos regresan por carretera y otros en bus. Mientras los full toxos, que ya habían salido antes, y nosotros continuamos por la traza marcada. Nos siguen algunos bicinenzas, entre ellos Eligio, todo un campeón. La temperatura ambiental no ha bajado nada, seguimos a 27-28ºC
Una vez allí, compruebo que algunos integrantes de la ruta ya han retornado a su lugar de origen y los bicinenazas que faltan están disfrutando de las termas. Tambien por Eligio me entero de un detalle muy grato del más veterano de los Nenazas, Julio, uno de los integrantes del Trazado B.
Ducha en casa y quedo con los amigos para una cena de confraternización con muchas risas comentando la jugada, si bien del grupo ourensano participamos Julio -Tetaro, José Manuel y yo. Pulpo a la plancha, salteado de setas, carne richada. agua y vino a rodar, postres. Todo un homenaje.
Nos despedimos de los amigos, no sin antes tener una charla con Julio Bicinenaza, con su hijo Julio junior y Eligio, recordando a mi padre; uno como buen amigo, otro como alumno y el último como compañero. Una conversación de lo más emocionante, casi tengo que enjugarme los ojos.
Unas fotillas del paisaje. El resto, en tamaño con más resolución en Galería de Fotos.
SALud amigos
2 comentarios:
Muy buen comentario, Calan. Me imagino que ya te habrán dicho que escribes muy bien. Lo corroboro. Excelente crónica.
Me ha encantado la crónica, me parece que te vamos a fichar en el grupo para este menester.
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